El mito, para crecer, necesita de la escena. Roberto Bolaño es un escenógrafo de mitologías contemporáneas, un diseccionador de los ismos, un precursor de la literatura del desarraigo. Elogio de lo comprensible: “ahora soy poeta y busco lo extraordinario para decirlo con palabras comunes y corrientes” (se arranca así, desde la p. 11).
Obra cortísima, tanto que hace daño. Literalmente se te cae de los ojos, se te escapa y te deja huérfano de imágenes. Escribe Bolaño como si se le agotaran las fuerzas en cada palabra, con golpes rápidos para economizar energía y afinar la precisión y la potencia de cada imagen. ¡Delicioso!
De Roberto Bolaño. En Anagrama.
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