Sin reloj, pero con tiempo

Tesoro de las palabras fundamentales para vivir en el Siglo XXI

viernes, 19 de febrero de 2010

SILENCIO

La soledad no existe.
Existe el silencio interior
y aún éste se puede compartir.

Existe un silencio
más allá de todas las aglomeraciones.
Un silencio tántrico,acogedor, fecundo, cálido;
un silencio organoléptico,
porque se puede percibir por los sentidos.
¿Para qué estar solos
si lo que queremos es disfrutar
del silencio?

Las olas del mar
están gritando en la orilla
y lo están haciendo en silencio.

domingo, 14 de febrero de 2010

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Caracol ensimismado en el esfuerzo último no es práctico
llega tan tarde
por no haber considerado la oportunidad
de restringir la curiosidad
a lo cercano, a lo que no requiere
más que abrir los ojos
expandir las aletas de la nariz
tocar con los dedos, con la lengua, con los dientes
todo lo que te rodea
y disfrutar de ello.

No por lejanas otras cosas son más bellas
lo próximo suele ser accesible
―otra cosa es el reparo o el pudor―
y el bandoneón de los deseos vibra su lengüeta
para respirar haciendo tangos
alucinantemente bellos:
olorosa música de la pasión
llórame encima
y hazme bailar con pasos lentos y cortos
acábame por dentro como estoy por fuera.

Columpiado de inseguridades
el atardecer caluroso esgrime rugidos de tormenta
eléctrica
ya podría traer agua
sólo gritos y puñetazos de luz
golpes pecho a pecho
bravuconadas adolescentes de finura.

Cae la calima encima del agotamiento del día
la sociedad se excita
igual que las abejas
la danza del camelo alcanza a todos
libaremos porque sí
llenaremos la celdilla
obedientes a la reina
nos creeremos superiores a los zánganos
haremos cera y miel
y moriremos viejos y agotados

¿Vale la pena?

Yo digo que no.
El alma es más grande que el cuerpo
y pide calma.

Increíble desierto
llaga mi corazón
estoy atento a Tu mirada
porque quiero que me mires
verte los ojos y la cara a todas horas
y que me des muchos besos.
Estoy tocón y me gusta sonreír
porque sí.

Es placentero sentir el dolor del corazón
cuando le llega la sangre
para pedir un puente de finura.
Intenso Tu amor
inunda las arenas y los pedregales.

Ya no hay desierto.
Mi corazón se inunda y se vacía
músculo inteligente
sin terminales nerviosas
para solicitarte a todas horas.

¡Quédate por favor Amor y bésame!

Ensayando coartadas

El espíritu de la indulgencia
rececha miradas
con la guardia baja:
todas aquellas espontáneas,
nobles por ello,
no impostadas,
originales y humanas.

Pero hay que ir a cazarlas,
porque siempre estamos
ensayando coartadas,
para que no se note
que tenemos sentimientos.

viernes, 12 de febrero de 2010

Pasión por la literatura y la palabra

¡Dónde estabas, Sorela!, ¿dónde estabas? ¿Lamiendo las heridas que deja la buena literatura? Porque el arte, como dice Sordera, el cantaor, “te tiene que dolé”. Leer para disfrutar exige cierto proceso de aprendizaje: sólo así se construye un buen lector. Menudo libro éste: "Dibujando la tormenta" (Alianza).

Nos presenta Pedro Sorela una relectura organizada de la obra de cinco autores que él considera — y yo se lo compro — fundamentales e “inventores de la escritura moderna”: Faulkner, Borges, Stendhal, Shakespeare y Saint-Exupéry. Hay varios elementos comunes en todos ellos: son todos personajes extraordinarios, diferentes, ¿geniales?, desarraigados y fuertes en la defensa de sus valores. Todos cultísimos y ávidos lectores. Todos almas sufrientes. Todos poetas. Normal: la poesía es el género de verdad (esto no lo dice Sorela, lo digo yo) y todos los escritores sueñan con aproximarse, a medida que van cogiendo músculo, oficio y se van dejando penetrar por el arte.

Este libro debería ser un texto de referencia para enseñar literatura en Bachillerato. Se lee como un ensayo, se disfruta como una colección de episodios, se goza como los relatos más apasionantes — Sorela escribe muy bien, cuenta las cosas narrando caricias e iluminando situaciones — y se maneja como un diccionario enciclopédico de consulta imprescindible. En este libro están el lector, el profesor, el acompañador y el escritor. Gracias, Pedro.

Normalmente indico las páginas hasta el fin de lo que el libro cuenta. En este caso las he contado todas, porque la bibliografía y el índice analítico, perfectos, exactos y vivos, forman parte también de la obra.

What is your substance, whereof are you maid? Dice Shakespeare del amor. Eso recuerdo yo con este libro acerca de la pasión por la literatura y la palabra: para leer, sobar, comentar y tener a mano.

miércoles, 10 de febrero de 2010

"A batallas de amor, campo de plumas" (L.G.)

Navegarás en tierra de barbecho
al adentrarte por mi cuerpo tuyo
y sentirás la espera sin escudo
del artesano del amor sereno.

Disfrutarás el ocre del terreno
que huele a arcilla y se modela crudo
como el cariño cierto y como el rubro
de la pasión de un hombre verdadero.

Astillaré tus huesos, haré cosas
incomprensibles con tu piel de brisa,
me comeré tus ojos en las horas

en que la luz te tenga intervenida,
me sentaré a tus pies, para que escojas
lo que ha de ser… y haré lo que me digas.

Del buen uso de la lentitud

Es un libro políticamente incorrecto. Por eso me gusta tanto. Yo corrí todo lo que tenía que correr hasta los veintitrés años. Hoy en día me molesta la prisa. Tardo más en arreglarme que mi mujer. Pierre Sansot nos presenta una versión del arte del buen vivir, nos provoca para redescubrir la lentitud, para vagabundear por nuestro interior y acometer la vida con el reposo necesario. Comprende la lentitud como sinónimo de ternura, respeto, de la gracia de la que los hombres y los elementos a veces son capaces.

Instalados como estamos en el yaísmo de los telefoninos, los dichosos móviles, un vistazo a la calma produce efectos beneficiosos para el alma, es decir, nos ayuda a sentirnos limpios y dignos.

“Callejear no es detener el tiempo, sino adaptarse a él sin que nos atropelle.” (pág., 34). La lentitud nos permite acercarnos a la poesía de la vida. “Si la poesía tiene como atributo revelarnos una parte del Ser, si a veces nace de una armonía sutil, discreta, que conmueve a los hombres, los lugares y las estaciones, debemos admitir que las costumbres del vino son poéticas”. (pág., 105).

Dios nos libre de hacer apología del vicio: la sabiduría del vino está en el disfrute, no en el atracón. Todo lo que es excesivo y frenético produce hartazgo. La lentitud es mesura y templanza; no indica falta de agilidad ni de interés. La lentitud aboga por el aprecio del detalle y el mimo de lo aparentemente insignificante, es decir, considera que existen diferentes puntos de vista, que cada uno siente según percibe, interpreta y quiere... y que es necesario dedicar espacio y tiempo a comprender. De otro modo nos limitamos a bañarnos en asperezas en vez de a perfumarnos y afeitarnos con vida.

Por cierto, el libro está editado por Tusquets.

domingo, 7 de febrero de 2010

Las palabras de la vida

“Escuchaba en silencio y escuchaba el silencio”. Así comienza. Luis Mateo Díez nos traslada al mundo de las historias contadas al amor de una ocasión, o de ninguna. Historias contadas para entretener, para vaciarse, para acompañar las horas o el crepitar de las llamas; aderezar un cesto de vainas que limpiar y partir.

Los ritos de la palabra recogen vidas y por eso las reconstruyen. Convierte este libro las palabras en personajes animados: es la prosopopeya de la prosopopeya. Las palabras tienen el poder y el don de provocar emociones y preceder al pensamiento.

“Alguien dijo que el tiempo es una sustancia metafísica que nos contiene, nos vigila, nos acecha. Sólo la palabra lo detiene, lo pone en su sitio, pero sin perder su fragilidad. La vieja idea de que se cuenta, se escribe, para no morir, tiene en la oralidad un especial sentido, por que la esencia misma es aplazar la llegada de la muerte, de la destrucción, entendiendo que la muerte es el olvido definitivo, la otra orilla de la memoria y la vida.

Hablamos para entendernos, para comunicarnos, para acompañarnos, para decirnos lo mucho que nos queremos o lo ingratos que somos, pero, sobre todo, lo hacemos para atarnos a la vida que es lo que de veras compartimos.

No en vano en principio fue el Verbo”. (págs. 68/69).

Podemos seguir leyendo... “El recuerdo que se siente y no se cuenta duerme en el secreto de nuestra intimidad y en ese secreto acaba apagándose. La palabra lo rescata, le devuelve su poder y su materia.” (pág., 105). Un poco más aún: “Vivimos en una sociedad en la que el ocio es industria y esa industria fabrica y vende sin piedad infinitos pasatiempos. También porque a esa industria, según dicen algunos expertos, no le interesa la imaginación. En realidad, la industria del ocio existe para sustituir la imaginación, para fabricar productos que la hagan innecesaria, ya que a quien le sobra imaginación jamás le falta entretenimiento.” (págs., 134/35).
¿Más razones para amasar palabras y leerlas y trasladarse con ellas al mundo de la libertad interior?

Leemos

Leemos para conversar con las palabras, acompañarnos con sus sonidos, en silencio arrastrar ideas y besos ajenos y nuestros a la vez.

Leemos para reinventar conversaciones, para sentir que no estamos solos. Leemos porque nos gusta paladear las historias, acariciar los conceptos, discutir con los autores, conocer puntos de vista diversos y desgranar ocasiones de disputa. Leemos con ansia y con devoción, con caricias sobre las páginas; leemos para abrir los libros y encontrarnos con el ritmo de las puntuaciones que otros han querido dar a lo que nosotros pensamos. Leemos para vivir en otros cuerpos. Leemos porque necesitamos sentir lo que otros hacen en nuestro lugar.

viernes, 5 de febrero de 2010

En el zaguán de tu calor

Soy la persona
que no te fallará,
también tu penitencia,
el aire de tus manos.
Si pisas por el mundo por el que yo camino,
tú rasgarás mi ropa para alcanzar la carne
y rasgarás mi carne para alcanzar la sangre,
derramarás la sangre para tocar mis huesos,
machacarás los huesos para besarme el alma,
el viento y las montañas,
el fuego en las estrellas,
lo habrás visto ya todo
cuando quieras mirarme.

Soy la persona a
quien nunca fallarás.
Mi canto irá fundido con la brisa,
mis ojos congelados en tu tiempo.
Caminarás la tierra del polvo de mis huesos,
el sol se ocultará tras mi última mirada,
la luna será el grito que nunca te he ocultado.

Soy la persona
que no te fallará:
tus duelos y lamentos rellenarán mis pasos.

Soy la persona a
quien nunca fallarás;
seré tu sombra,
seré tú siempre
y llegará un momento
como un anochecer
que moverá las sombras,
enfriará la tierra,
congelará los ríos,
enquistará las plantas,
la tierra será oscura,
el río será oscuro,
nos quedaremos solos.

Somos las dos personas
que no se fallarán:
cantaremos juntos,
nos haremos juntos,
comeremos juntos,
viviremos juntos.

Somos las dos personas
que no se fallarán.

Presentación

SHALOM

Esfuérzate, la vida te lo premia
de mil maneras. Vive
sintiendo intensamente
latidos y pasiones
pulsados en tu voz y en su presencia.

La paz sea contigo,
contigo la bondad y la nobleza.