Sin reloj, pero con tiempo

Tesoro de las palabras fundamentales para vivir en el Siglo XXI

martes, 6 de julio de 2010

En el zaguán de tu calor

Soy la persona
que no te fallará,
también tu penitencia,
el aire de tus manos.
Si pisas por el mundo por el que yo camino,
tú rasgarás mi ropa para alcanzar la carne
y rasgarás mi carne para alcanzar la sangre,
derramarás la sangre para tocar mis huesos,
machacarás los huesos para besarme el alma,
el viento y las montañas,
el fuego en las estrellas,
lo habrás visto ya todo
cuando quieras mirarme.

Soy la persona a
quien nunca fallarás.
Mi canto irá fundido con la brisa,
mis ojos congelados en tu tiempo.
Caminarás la tierra del polvo de mis huesos,
el sol se ocultará tras mi última mirada,
la luna será el grito que nunca te he ocultado.

Soy la persona
que no te fallará:
tus duelos y lamentos rellenarán mis pasos.

Soy la persona a
quien nunca fallarás;
seré tu sombra,
seré tú siempre
y llegará un momento
como un anochecer
que moverá las sombras,
enfriará la tierra,
congelará los ríos,
enquistará las plantas,
la tierra será oscura,
el río será oscuro,
nos quedaremos solos.

Somos las dos personas
que no se fallarán:
cantaremos juntos,
nos haremos juntos,
comeremos juntos,
viviremos juntos.

Somos las dos personas
que no se fallarán.

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