Trepidante y mágica. Hay que buscarla en librerías de viejo (o casi); está en Tusquets Editor, Barcelona 1971. Tiene 75 páginas. Y es de lectura obligada, si no quieres que te pongan "punto negativo como lector".
Vargas Llosa levanta un documento impreso en letras verdes en el que nos cuenta por qué, para qué y cómo escribió “La casa verde”. Comienza desnudo, para vestirse poco a poco con la novela: los palacios interiores de las personas; los amuletos exteriores de ladrillo que manifiestan el poder de los individuos; la presencia mágica de las ciudades, como es el caso de Piura; el profundo respeto a lo humano. Todo acompañado por un personalísimo sentido del humor.
El acto creativo ocurre porque sí. El prodigio de la palabra es tan íntimo que sucede para uno mismo. Si los demás lo disfrutan, mejor para ellos.
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